El convento fransciscano de Cuernavaca fue la quinta fundación de la Nueva España, su edificación inició en 1525, después de los conventos de México, Tlaxcala, Huejotzingo y Texcoco. Su construcción se realizó sobre un antiguo templo indígena con materiales y mano de obra autóctonos.
El conjunto conventual de Cuernavaca es representativo de la arquitectura franciscana construida durante el siglo XVI para evangelizar a los naturales de la región. Algunos espacios sobresalen por su importancia litúrgica como la Catedral; otros por su antiguo carácter catequético y litúrgico como el atrío, la capilla abierta y las capillas pozas; y el claustro que es devocional.
La estética del convento simboliza los valores espirituales característicos de la orden franciscana como la sencillez, la humildad y la austeridad, mismos que se reflejan en el diseño del convento.
Se inició la construcción de la Catedral de Cuernavaca, templo consagrado a la Asunción de la Virgen, en 1525, se sabe que se encontraba avanzada en 1552 y se ignora la fecha de su conclusión. La Catedral tiene planta arquitectónica rectangular de una sola nave y bóveda de cañón corrido, su cabecera es poligonal con coro alto. El acceso orientado al norte, conocido como Puerta Porciúncula, es una característica de los templos franciscanos del siglo XVI.
El exterior fue reforzado por contrafuertes y un botarel, sus anchos muros rematan con alménas y merlones que le otorgan un carácter fortificado al igual que la barda atrial.
La Catedral tiene intervenciones en siglos posteriores a su edificación. Durante el siglo XVII, se adicionarón la pintura mural del martirio de San Felipe de Jesús, los retablos dorados, el piso de duela y las capillas laterales; que hacen la transformación de una sola planta a planta de cruz latina. La bóveda vaída con linterna ubicada entre el falso crucero y la torre del campanario fueron añadidas durante el siglo XVIII.
Durante el siglo XX se hizo un reacondicionamiento litúrgico, llevado a cabo por iniciativa del VII Obispo de Cuernavaca, Monseñor sergio Méndez Arceo y diseñado por Fray Gabriel Chávez de la Mora. Las modificaciones consistieron en dejar un solo altar, el retiro de las imágenes y esculturas de santos, la creación de un espacio para los sacramentos del Bautismo y la Reconciliación en el sotocoro, y las adiciones de las cruces de consagración, los Santos Óleos, la Reserva del Libro Sagrado, los ambones, el baldaquino y la Capilla del Santísimo Sacramento, todo esto de acuerdo al Movimiento Litúrgico y previo al Concilio Vaticano II.
La pintura mural e indisociable a la arquitectura del inmueble, muestra diversos temas históricos e iconográficos que contienen el mensaje espiritual programado por los franciscanos. Destaca la pintura mural a lo largo de la nave del templo que en las labores de restauración de la Catedral salió a la luz.
Los murales narran de forma gráfica la historia del primer mártir de la Nueva España: San Felipe de Jesús. Su composición es la mas completa en el arte novo hispano y constituye el primer momento iconográfico del santo, es decir, que se representó al grupo de 26 frailes franciscanos y jesuitas que naufragaron en las costas de Japón durante su misión evangelizadora en el Lejano Oriente a finales del siglo XVI.
El atrio como ingreso principal al conjunto conventual se encuentra delimitado por una barda almenada, originalmente llevó al centro la cruz atrial. Las actuales capillas de Dolores y del Carmen, así como el templo de la Tercera Orden son herederos de las capillas pozas, que originalmente debieron ubicarse en las cuatro esquinas del atrio. Durante el siglo XVI sirvieron para llevar a cabo las estaciones procesionales, así como labores de evangelización al igual que la capilla abierta, dichos espacios conforman una aportación de la arquitectura universal.
En el ángulo norponiente de la Catedral de Cuernavaca se encuentra el templo de San Francisco para la Tercera Orden que se mandó construir por el Lic. Enrique de Jerez, ministro hermano mayor de la Orden de San Francisco, en el siglo XVIII.
La fachada principal lleva una portada retablo barroca dividida en dos cuerpos, el acceso se abre por un arco de medio punto sostenido por jambas e impostas; la portada se encuentra decorada con motivos filomorfos o vegetales, nichos avenerados con esculturas de santos franciscanos y estípites. A la izquierda se levanta la torre del campanario que es de dos cuerpos decorados con columnillas adosadas.